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"LA ACCIÓN" representa el diálogo de saberes que fluirá al compás del agua. El andar involucra estaciones de observación y análisis en distintos puntos junto a la familia Carrasco-Sepúlveda.

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Nos encontramos el equipo de trabajo con la familia Carrasco-Sepúlveda en el puesto de veranada.
Se medieron parámetros fisicoquímicos del agua en diversos puntos en arroyos de la veranada de la familia Carrasco-Sepulveda, algunos de los cuales son los mismos que son objeto de estudio de trabajos científicos. En ellos se monitorea la presencia de la ranita del Pehuenche (Alsodes pehuenche), una especie en peligro de extinción y que puede considerarse como bioindicador. Se realizaron señalizaciones para hacer evidente su presencia, a pesar de que los adultos no son visibles durante el día. La señalización se realizó con tejidos a telar.

Compartiendo conceptos científico-hídricos

Se diseñaron experiencias que permitieran hacer visible lo invisible, es decir, traducir parámetros técnico-científicos en procesos perceptibles y comprensibles en clave sensorial, lúdica y situada.


El rango de valores de pH desde 1 (extremo ácido) y 14 (extremo básico) se representará con 4 rocas, que se buscaron y dispusieron sobre el suelo. Se usaron cintas de pH y agua de repollo colorado hervido y colado (como indicador de pH). Se representaron los valores extremos de pH con agua con vinagre y el extremo básico con bicarbonato. Y agua de la vertiente sin agregados el punto medio (punto de neutralidad). Se midieron los valores obtenido en puntos seleccionados y se identificaron según color.


El rango de valores de conductividad registrados en el valle Pehuenche van desde 0 y 250 uS. El menor rango de valores de 0 a 50 uS se asoció al agua de vertiente (sin sal). El rango de valores de 200 a 250 uS se asocia a agua con agregado de mucha sal. La sal utilizada para demostrarlo es que Susana Sepúlveda nos mostró que trae de la salina. Esta sal es especial y de gran valoración para la comida y sobre todo para preparaciones típicas como el charqui. Se midieron los valores obtenidos.


Esta performance se realizó con muestras de agua identificadas por la familia como "azufrada", "fría", "de vertiente" o "arroyo"

Señalización de presencia de ranita del Pehuenche

Bioindicadores y signos de vida: la ranita del Pehuenche como símbolo del agua sana


Banderines tejidos por Bárbara Bustos (estudiante de física de la FCEN-UNCUYO). Cada uno estará tejido con distintos materiales: lana de oveja, lana llama/guanaco y fibra sintética. El mismo se adosará a un soporte a modo de banderín, que pueda ser plantado en lugares de registro confirmado de presencia de ranita del Pehuenche. Si hay presencia de pozas donde se vean larvas/renacuajos/gusarapos/guarizapos se destacará su presencia y se conversará sobre la actividad nocturna de los adultos.

Caminata y agüita con Ñaco en la vertiente

Realizamos una caminata guiada por la familia Carrasco-Sepúlveda hacia una vertiente que reconocen por su agua rica y fresca, un punto clave en el paisaje cotidiano. Allí, compartimos un alimento fundamental en la vida trashumante: el ñaco, preparado y ofrecido generosamente por Eliseo y Susana. Este gesto sencillo, pero profundamente simbólico, generó un espacio de anécdotas e historias del consumo ancestral de ñaco. El alimento es una mezcla de harina tostada de trigo disuelta en agua fría (también se consume con leche y otras bebidas). Para los puesteros es tanto una bebida como un alimento, utilizada para hidratarse en los días de calor, o como un alimento espeso para recuperar energía. En el marco de esta experiencia, el ñaco funcionó como un puente entre saberes y reforzó la relación entre agua, alimento y territorio como base material y simbólica del habitar.

Registros fotográficos